Sobre ser un generalista

Hay un grupo de personas que creen que la especialización es el camino para el éxito profesional. Dicen que tener un conocimiento profundo y específico sobre un tema es la llave que abre las puertas del éxito.

Luego hay otro grupo. Los que creen que no es necesario ser un especialista para ser bueno en algo. Quienes consiguen hacerse un hueco en el mercado con una visión global.

Y luego hay un tercer grupo, en el que solo estoy yo, que creo en lo primero pero practico lo segundo.

Hipócrita de manual.

Al final del artículo te dejo mi opinión.


¿Qué es un generalista?

Un generalista es un individuo multipotencial, que posee conocimientos adecuados en la mayoría de áreas que engloban una tarea o proyecto, lo suficiente para llevar a cabo una versión inicial o intermedia del mismo.

Llevandolo al mundo digital, que es lo nuestro, es esa persona capaz de crear una web atractiva, tener un diseño decente, conocer lo suficiente de automatizaciones, tener nociones de SEO, entender el email marketing, etc. Es decir, alguien con suficiente visión general como para controlar la totalidad de un negocio digital.

Multipotencial.

O disperso de cojones, como diría Isra Bravo.

No conozco ningún generalista que no peque de disperso en algún momento del día. Cuando digo dispersión no me refiero a que pases media jornada viendo gente bailando en Tiktok, sino que sientas la necesidad de echar un vistazo a la última herramienta digital que acabas de ver en Product Hunt, aunque justo estés con otro tema a medias.

Dispersión también implica curiosidad, que por otro lado es una de las principales virtudes de estas personas.

Ser un generalista tiene sus pros y sus contras. Por un lado, no tienes el mismo nivel de conocimiento que un especialista en un área concreta, lo que puede limitarte en algunos proyectos. Por otro lado, tienes una visión más amplia y una capacidad de adaptación mayor.

Imagínate que eres un desarrollador web especializado en WordPress. Eso está muy bien, pero ¿qué pasa si un cliente necesita una web en Wix? O si necesita una integración con un CRM que no conoces. Ahí es donde entra en juego la figura del generalista.

El generalista es como un cajón de sastre, capaz de adaptarse a diferentes situaciones y aportar soluciones creativas y efectivas. Aunque es cierto que no domina un tema concreto, su visión global le permite conectar ideas y encontrar soluciones que un especialista, por muy bueno que sea en su área, podría pasar por alto.

Además, ser un generalista también tiene un aspecto psicológico interesante. La variedad de conocimientos y habilidades que posees te hace sentir más seguro y más capaz de afrontar cualquier reto que se te presente. Esto te da una cierta libertad, ya que no te sientes limitado a un solo ámbito y puedes explorar diferentes áreas sin miedo.

Por otro lado, también hay que reconocer que ser un generalista tiene sus limitaciones. Como he mencionado antes, no tener un conocimiento profundo en una materia puede limitarte en algunos proyectos. Además, a veces puede ser difícil encontrar tu lugar en un mercado cada vez más especializado.

Por eso, lo importante es saber encontrar el equilibrio. Si bien es cierto que ser un generalista puede abrirte muchas puertas, también es importante tener una base sólida de conocimientos y habilidades que te permitan destacar en un área concreta. Si combinas ambas cosas, tendrás la capacidad de adaptarte a cualquier situación, al mismo tiempo que podrás posicionarte como un experto en un área concreta.

Pero, ¿qué es mejor?

Mi opinión.

Depende.

Si trabajas para una empresa, ser un generalista es la cojonudo en una posición directiva. Qué pasa, que para llegar a esa posición o eres fundador, o es realmente complicado que te den esa responsabilidad. Si no eres fundador y eres un generalista lo vas a tener complicado incluso para ser fichado salvo en puestos muy juniors donde apuesten por ti confiando en tu formación y especialización una vez estés dentro. Ten en cuenta que las empresas grandes generalmente prefieren especialistas antes que managers. Tiene sentido.

En el caso de que seas freelance, ojo. Ser generalista se convierte en una característica más relevante, pero será muy importante tener muy claro a quién te estás dirigiendo.

Por un lado puedes dar servicio a empresas grandes, que probablemente tengan sus equipos internos de marketing o tecnología pero no tengan una persona interna especialista en una materia concreta. Por ejemplo, no es habitual que en una empresa cuyo core no sea el software haya personal especialista en UX/UI, por lo que es factible que te contraten para cubrir esas necesidades momentaneas que merecen inversión pero no requieren compromiso más allá del proyecto.

Si das servicio a empresas más pequeñas la cosa cambia.

Esta es mi experiencia.

Si tus clientes son PYMES ser un generalista puede ser una ventaja clave.

Solo en este caso es donde yo defenderé ante quien sea que es mejor ser generalista.

En los demás casos creo que es peor.

Conozco muy bien este caso porque es el mío.

La razón principal es que estas empresas no tienen necesidades tan específicas como las grandes empresas. Son necesidades variadas que requieren una solución rápida y efectiva. Si eres un generalista, tienes la capacidad de proporcionar soluciones para diferentes necesidades manteniendo una linea cercana a la estrategia general.

Conocer todas las alternativas que hay para cubrir una necesidad o solucionar un problema es lo que te permite venderte como la persona que va a ser responsable de que sus activos digitales sean activos y no cargas.

No olvidemos que la mayoría de PYMES y autónomos en España tienen webs por el simple hecho de tenerlas. No tienen objetivo, no tienen estrategia, no tienen relación con lo que hacen en el mundo físico, no actualizan desde hace años.

No le dan importancia, aunque a Twitter Business nos sorprenda.

Ser un generalista me permite tener una visión más amplia y una capacidad de adaptación mayor. Puedo trabajar en diferentes proyectos, en diferentes áreas y con diferentes tipos de clientes. Esto me permite ser más flexible.

Ahora mismo estoy trabajando con una carnicería premium, una tienda de decoración, dos clínicas de fisioterapia...

Sobre todo, ser generalista me permite entender qué problemas tiene cualquier negocio. 4 preguntas de calibración y se qué tengo que hacer para que el negocio mejore. O lo que es más importante, después de esas preguntas sé qué les tengo que decir para que contraten mis servicios. Algún día hablaré del framework con el que trabajo a la hora de buscar clientes.

Necesidades diferentes, herramientas diferentes. Conozco lo justo para cubrir exactamente lo que necesitan.

Ser un generalista para mi es como ser un cocinero al que le sobran ingredientes. En la despensa tengo todo lo necesario para hacer disfrutar al personal, pero no sería el mejor del mundo cocinando un rodaballo. En lugar de ello, me deleito experimentando con todos los ingredientes, combinándolos de maneras novedosas y descubriendo nuevas recetas. Al final, el resultado es un plato único, lleno de sabor y personalidad, que nunca se habría conseguido siguiendo un único recetario. Y eso es precisamente lo que yo como generalista puedo hacer por un proyecto: darle un toque especial, creativo y original que lo haga destacar por encima del resto.

Lo suficiente como para que mis clientes noten la mejora.

Mientras voy aprendiendo por el camino.

Hala, a funcionar.
Guille.


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