Voy a empezar bastante cañero afirmando lo siguiente: Nadie tiene tanto trabajo como dice que tiene.
Vivimos en una sociedad que nos incita a pensar que estar hasta arriba es sinónimo de ser un gran profesional, y de tener un gran futuro laboral por delante. Permíteme que te diga abiertamente que no me creo que estés tan hasta arriba, más allá de momentos puntuales. No digo que sea tu caso, pero por favor, si es así es de capital importancia que no te oiga decirlo.
Siempre y cuando quieras que nos tomemos un botellín algún día.
Así que repite conmigo: No tengo tanto trabajo. Vivo en un caos de tareas que nublan mi vista a corto plazo y, como no veo el fin, tengo la sensación de estar hasta arriba continuamente.
Quizá me ha salido un mantra un poco largo para que repitas, pero se entiende. Ahora que ya he dado el primer palo del día, vamos con una breve reflexión previa a entrar al barro.
A lo largo de mi trayectoria profesional he pasado por muchas empresas de sectores diferentes. Sectores diferentes no implica modelos de gestión diferentes. Tampoco hay tantísimas opciones, en realidad, por lo que es fácil que dos empresas distintas usen el sistema SMART, Agile, Scrum, y un largo etcétera... Por comentar algunas en las que he participado alguna vez.
No leerás en estas líneas ninguna crítica destructiva a ningún sistema de gestión porque sería de una arrogancia extrema que un pringao como yo hiciera esto, pero sí que puedo afirmar con total seguridad que nunca un modelo de trabajo me dio la confianza y la seguridad que sí que me ha dado la gestión por OKR.
La primera vez que me encontré con este sistema fue en la misma semana en la que me despidieron del último trabajo que tuve antes de montar mi actual empresa. Ese despido es una historia de la que ya hablaremos en otro momento.
Recuerdo aquel lunes por la mañana.
Teníamos la reunión semanal de toda la plantilla los lunes a las 8:55. Más de uno con carita, ya sabes. Seguimiento habitual de cada departamente con métricas de poco interés y poca relación con los objetivos generales. Objetivos que, por cierto, no llegábamos a tener del todo claros.
Un compañero planteó - con mucho sentido - este sistema como alternativa al que su jefe había propuesto la semana anterior para implementarlo a partir del mes siguiente. Habló de la metodología OKR y recomendó un libro que había leído sobre el tema: Measure what matters, de Jhon Doerr. Siempre me he fiado mucho de su criterio.
Me lo compré.
Y después de leerlo algo cambió en mi manera de entender el trabajo.
“Hay demasiada gente que trabaja demasiado para conseguir muy poco”, Andy Grove. Fue CEO y gran creador de lo que hoy es Intel, y uno de los padres del sistema OKR.
Han pasado ya casi 4 años desde que descubrí e implementé los OKR en mi vida y en mi trabajo.
Gestiono mi empresa con este sistema con el convencimiento de que es la mejor guía para conseguir lo que queremos año a año. Nunca me lo tomé a rajatabla, ya que estoy convencido de que no es positivo hacerlo así en una empresa pequeña, o en un individuo, dado que la capacidad de iterar es una de sus principales virtudes, pero sí estructuro mis semanas en base a esto porque es lo que hace que siempre tenga claras mis prioridades y no pierda tiempo en gilipolleces que me alejen del objetivo.
El caso es que no creo que vayas a leer el libro que te digo.
Ya lo he hecho yo por ti.
Por cierto, Larry Page (fundador de Google) escribió esto en el prólogo:
Los OKR nos han ayudado a decuplicar nuestro crecimiento, y mucho más que eso; nos han ayudado a conseguir que aquella atrevidísima misión de empresa de "organizar toda la información del mundo" sea alcanzable. Nos ha hecho ser puntuales y saber dónde nos encontrábamos cuando más lo necesitábamos.
Si Larry dice esto, hazle caso.
Voy darte algunos puntos clave que te harán enamorarte del sistema. O de mí, quién sabe.
Esto es lo que te vas a encontrar a partir de aquí:
Empezamos.
Reconozco que no soy fan de seguir a rajatabla los procedimientos formales.
De hecho, creo que uno de los motivos por los que no trabajo en ninguna empresa es este. Cuando trabajaba por cuenta ajena en otras empresas antes de montar la mía, recuerdo que me repateaba tener que rellenar un excel con seguimiento de las cosas que hacía. Tenía la sensación de que me estaban controlando. Algo así como si no se fiasen de mí.
Me estaban planteando el seguimiento como un simple control, no como parte del plan para llegar a unos objetivos. Que, por cierto, no tenía claros.
Sin embargo, por más que odie los procedimientos formales, en mi etapa como empresario me he dado cuenta de que la única forma de avanzar y tener éxito con las ideas es llevarlas a cabo a la perfección. Con un plan.
Una idea feliz no funciona sin un plan.
Aquí entra en juego el sistema OKR.
La metodología OKR consiste en estructurar tu trabajo y el de tu compañía en la fijación de unos objetivos en un marco temporal, que serán cumplidos o no en base a lograr unos resultados clave que fijarás previamente y darán a entender la siguiente afirmación: Si estos resultados clave se cumplen, damos por cumplido este objetivo.
Las siglas OKR significan Objetivos y Resultados Clave.
Un objetivo es lo que quieres conseguir. Siempre son cualitativos y aspiracionales, es decir, son algo que podemos alcanzar, pero que es ambicioso; y a la vez es algo que no debe contener números en su definición.
Un resultado clave es el plan con el que vas a medir que has conseguido tu objetivos. Siempre son cuantitativos, es decir, siempre debemos ser capaces de medirlos sin lugar a ningún tipo de duda. Por ejemplo, una variable binaria, de "sí o no", también cumpliría con este principio, ya que es un resultado con solo dos opciones: o lo has conseguido, o no.
Ejemplo:
El objetivo de Nike para el 2022 es tener una excelente experiencia post-venta. Van a considerar que los resultados clave para esto son elevar las valoraciones de experiencia post-venta a un 8/10; y reducir el tiempo de respuesta a incidencias a menos de 10 minutos.
Si en el marco temporal de, por ejemplo, 3 meses, las valoraciones de experiencia dan un resultado medio de 8,3/10 y el tiempo medio de respuesta por chat para solución de incidencias es de 7 minutos, Nike dará por cumplido ese objetivo.
Han convertido una afirmación cualitativa y aspiracional dificilmente medible en algo que está comprobado que se ha cumplido. Los números dicen que esa afirmación es correcta.
Puedes profundizar más aquí. 👇🏼
Cómo deben ser tus objetivos.
Aquí podría darte una ristra de condiciones para rozar la perfección y dármelas de experto, pero como no es el caso, prefiero decir qué es lo que a mi me ha funcionado y cómo creo que debes fijarlos para ti.
Cómo deben ser tus resultados clave.
Estos sí que tienen que ser cuantitativos.
¿Cuántos objetivos y resultados clave tener?
Lo recomendado es que cada miembro del equipo tenga asignados un máximo de 3-4 objetivos por trimestre. Por otro lado, no hay una regla especialmente marcada para los resultados clave, por lo que utilizaremos el sentido común. A mi me gusta trabajar en la hipótesis de que cada objetivo tendrá un máximo de 5 resultados clave.
¿Cuáles son las reglas básicas?
El objetivo es que todos los implicados en el sistema tengan claro cómo se va a evaluar la consecución o no de los objetivos. He detallado algunos términos que te ayudarán a establecer las reglas del juego:
Superpoderes.Estas son las 4 habilidades que vas a desarrollar.
Con lo que has leído ya sabes por dónde van los tiros. Ya has entendido cómo el seguimiento del sistema OKR aplicado a tu marca te acerca mucho a tus objetivos profesionales.
Ahora quiero hablarte de cómo afectará esto a tu manera de trabajar y cómo vas a desarrollar ciertas capacidades sin darte cuenta.
Habrá otras, pero mi experiencia me dice que estas son las 4 ventajas más grandes de aplicar este sistema de trabajo a tu vida y a la de tu marca.
Tener claro el foco es el principal dolor de la gran mayoría de negocios. Recibimos tantos imputs a lo largo del día que inconscientemente resulta muy difícil saber qué es realmente importante y qué te aleja de tu objetivo.
Si tienes una marca, o un negocio personal, o si trabajas para una gran empresa; he de decirte que este sistema te va a ayudar a priorizar. Y esto es una ventaja competitiva bestial.
El que tiene claras sus prioridades tiende a no procrastinar, y por tanto a avanzar.
Aquí entran en juego dos factores.
Por un lado está la transparencia, que es muy importante en empresas grandes ya que el sistema OKR invita a compartir abiertamente cómo tu trabajo afecta a la consecución de los objetivos globales de la empresa.
Por otro lado, se fomenta el trabajo en equipo. Es decir, ocurrirá que con este método se sientan más ganas de ayudar al compañero.
Es un modelo sin trampa ni cartón. Los OKR se basan en datos, no en opiniones.
Me tatuaría esta frase:
“Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada”. William Thomson Kelvin
Las revisiones periódicas que haréis de los resultados clave os llevarán a un estado de replanteamiento continuo. De mejora.
Y sin duda, esto hace que el responsable siempre esté alerta, y por tanto, no se duerma en los laureles.
Hay que apuntar alto.
En todo, en general, pero aquí con total seguridad. Eso sí, tu objetivo no puede ser absolutamente inalcanzable porque si no todo esto que te estoy contando no valdrá para nada. Dejarás de seguir el plan en el mes 1.
Los OKR nos deben impulsar hacia la excelencia, con la humildad suficiente de aceptar nuestras limitaciones y con la cintura necesaria para asumir el fracaso, dado el caso.
Pero los OKR también deben favorecer el desarrollo de nuestros impulsos más creativos
Si todo el mundo está alineado y en sintonía con los problemas y urgencias de la empresa, más fácil será nuestra habilidad individual para aportar soluciones. Los OKR nos van a ayudar a mejorar nuestro negocio, y es por eso por lo que debemos estar seguros y decididos de implementarlos.
Bueno qué, ¿te he convencido ya de que es el mejor modelo de gestión?
Si es así, es probable que ahora estés pensando esto:
- Muy bien, Guille. Me encanta lo que leo, pero por favor... ¿podrías explicarme cómo coño implanto yo esto en mi negocio?
Sin problema. Por 1.000 pavitos te lo implanto yo mismo.
Nah, es coña. Voy a darte una alternativa mejor a contratarme. Como bastante, y solo las dietas te iban a costar un pico.
Tengo la sensación de que este sistema no es para todo el mundo.
Te cuento.
Imagínate que después de toda esta chapa te digo ahora que esto no vale para cualquiera.
Mira, esta reflexión es muy rápida y creo que llegados a este punto ya sabes por donde voy.
La metodología OKR te ayuda a medir. Dispara la productividad. Permite empezar a baja escala para que todo el mundo esté alineado. Favorece el feedback positivo. Aporta foco al día a día.
Inspira al crecimiento.
Es aplicar el interés compuesto a tu trabajo: pequeñas píldoras individuales que hacen un todo exponencial.
Si te ves reflejado en esto: es para ti.
Si no: haz lo posible por verte reflejado 🤣.
Estoy plenamente convencido de que, con la suficiente cintura, es un sistema que puede ayudar de igual manera a un autónomo como a una empresa de 10.000 trabajadores. Es cuestión de estructurarlo con sentido.
¿Qué opinas?
Y por cierto, si el contenido te ha gustado te animo a que te suscribas. Somos pocos aquí, acabo de empezar a escribir, y me hace ilusión como suena la notificación de las suscripciones.
Y ya si compartes en Twitter pues igual cuando te vea te invito a una caña.
Fuerte abrazo,
Guille.